jueves, 22 de marzo de 2012

179 UMPA.

 Anciano | Un Blog para "BUSCADORES"
El Maestro se encontró con un vecino
muy anciano que caminaba arrastrando los pies
y con un bastón en la mano.

"Buenos días", le dijo. 
"¿Qué tal vamos últimamente?"

"No demasiado bien", respondió el anciano
con un hilillo de voz.
"Antes solía dar una vuelta a la manzana 
antes de desayunar, pero ahora me encuentro
tan débil que sólo puedo llegar hasta la mitad
y regresar por el mismo camino..."

178 UMPA.

 Imagen relacionada
Un discípulo se quejaba de la costumbre
que tenía el Maestro de echarle abajo
sus más preciadas creencias.

Y le dijo el Maestro:

"Lo que hago es prenderle fuego 
al templo de tus creencias para que,
cuando haya quedado destruido,
tengas una perfecta visión del cielo inmenso
y sus límites".

177 UMPA.

 Calavera y huesos calavera y huesos cruzados calavera, calavera ...
El Maestro había colocado en la biblioteca
del monasterio un gran letrero con una calavera
y dos huesos cruzados y la siguiente leyenda:
Los libros matan.

Cuando alguien le preguntó el porqué,
el Maestro dijo:

"Porque los libros engendran ideas,
y éstas pueden degenerar en creencias,
originando una esclerotización de la mente
y una percepción deformada de 
la realidad". 

176 UMPA.

 Resultado de imagen de un clavo saca otro clavo
El Maestro se aseguraba de que la biblioteca
del monasterio estuviera bien provista de libros
de toda clase de materias:
Política, Arquitectura, Filosofía, Poesía, Agricultura,
Historia, Ciencia, Psicología, Arte... y la sección
que él más frecuentaba: Ficción. 

Siempre estaba con el mismo estribillo:
"¡Dios nos libre de las personas que no piensan,
no piensan y no piensan!"

Y nada le inspiraba tanto miedo, 
según decía él mismo, 
como la mente "de piñón fijo"
o el fanático de un solo libro.

Lo cual desconcertaba a los discípulos, porque
no cuadraba muy bien con la insistencia con que
el Maestro preconizaba la percepción no-racional
y el conocimiento no-conceptual.

Cuando alguien le preguntó abiertamente
a este respecto, el Maestro dio 
esta ambigua respuesta:

"Un clavo saca otro clavo, ¿o no?" 

176 UMPA.

Resultado de imagen de espiritualidad
El Maestro y sus discípulos se habían unido
a una manifestación para protestar contra 
la fabricación de armas nucleares 
por parte del Gobierno.

Cuando se acogió con grandes aplausos
la afirmación de uno de los oradores
-"¡Las bombas matan a las personas!"-, 
el Maestro hizo un gesto de desaprobación 
y dijo entre dientes: "No es cierto.
Las personas matan a las personas".

Pero, al darse cuenta de que había sido oído
por un individuo que se encontraba a su lado,
se inclinó hacia él y le dijo:
"Bueno, lo que quería decir es que las ideas
matan a las personas". 

175 UMPA.

 Imagen relacionada
Un gran número de amigos y de antiguos discípulos se reunieron para celebrar el noventa cumpleaños del Maestro.

Antes de que concluyera la fiesta,
el Maestro se levantó para hablar:

"La vida", dijo, "no se mide por la cantidad,
sino por la calidad de los años que se viven".

174 UMPA.

 
Le preguntaron al Maestro qué pensaba él
de los avances de la tecnología moderna.
Y ésta fue su respuesta:

Un profesor bastante distraído llegaba tarde 
a dar su clase. Saltó dentro de un taxi y gritó:
"¡Deprisa! ¡A toda velocidad!"

Mientras el taxista cumplía la orden,
el profesor cayó en la cuenta de que no le había dicho
adónde tenía que ir.
De modo que volvió a gritarle: 
"¿Sabe usted adónde quiero ir?"

"No, señor", dijo el taxista,
"pero conduzco lo más rápido que puedo".

173 UMPA.

 
"¡Qué alegre parece el Maestro!",
observó un visitante.

"Uno siempre camina con paso alegre
cuando se ha librado de esa carga que llamamos 'ego'",
dijo un discípulo.

172 UMPA.

 Liga de Madres de Familia ( Diócesis Avellaneda-Lanús): Evangelio ...
Comentando la imagen evangélica de las
personas que cuelan el mosquito y
se tragan el camello, el Maestro refirió cómo
en cierta ocasión, durante la guerra, 
había hecho que todos los lugareños se refugiaran
en los sótanos del monasterio para protegerse
de un feroz bombardeo aéreo.
Allí estuvieron sentados todo el día,
mientras las bombas caían en el exterior.
Cuando llegó la noche, dos individuos no
pudieron seguir soportando la situación:
"¡Ya está bien!", dijeron. "¡Con bombas o sin ellas,
nos vamos a casa!"

Salieron afuera... y tres minutos después
estaban de regreso en los sótanos.

"Ya veo que habéis cambiado de parecer",
les dijo el Maestro con una sonrisa.

"Sí", dijo uno de ellos bastante molesto,
"ha empezado a llover".

171 UMPA.

 
Los discípulos se hallaban sentados 
a la orilla de un río.

"Si me cayera al agua, ¿me ahogaría?",
preguntó uno de ellos.

"No", le respondió el Maestro.
"No es el caerte el agua lo que hace que te ahogues,
sino el quedarte dentro".

170 UMPA.

 Resultado de imagen de firmas
La conversación del Maestro con el condenado
a muerte trascendió y llegó a sus discípulos.

"El Maestro exagera... Seguro que el nombre de uno
es algo más que un sonido", dijeron.

En respuesta, el Maestro les contó el caso de
un vendedor callejero que llegó a hacerse millonario,
sólo que, en lugar de firmar los cheques
con su nombre, los firmaba con dos cruces,
porque el tipo era analfabeto.

Un día, el banquero se sorprendió al ver que
en un cheque había tres cruces.
  
"Es la firma de mi mujer,
que tiene ciertas pretensiones sociales", explicó
el millonario. 
"La segunda cruz es mi primer apellido".

169 UMPA.

 
"Mi querido amigo", le dijo el Maestro
al luchador por la libertad en su celda carcelaria,
"mañana tendrás que hacer acopio de valor
para hacer frente a tu ejecución.
Y sólo una cosa te impide afrontar la muerte
con alegría".

"¿Cuál?"

"Tu deseo de que se recuerden tus proezas.
Tu deseo de que las generaciones futuras
aplaudan tus heroicas hazañas".

"¿Hay algo de malo en ello?", 
preguntó el condenado a muerte.

"¿No has pensado nunca que, 
si la posteridad recuerda tus gestas,
no será contigo con quien las relaciones,
sino con tu nombre?"

"¿Y no es lo mismo?"

"¡De ninguna manera, querido amigo!
Tu nombre es el sonido al que tú respondes,
tu 'etiqueta'.
Pero ¿quién eres tú?"

Aquello bastó para que aquel hombre "muriera"
aquella misma noche... antes incluso de que fuera
a buscarle el pelotón de ejecución al amanecer. 

168 UMPA.

 Resultado de imagen de no soy de la manada
"¿Existe eso que llaman 'liberación social'?"

"Naturalmente que existe", dijo el Maestro.

"¿Y cómo la describirías tú?"

"Como liberarse de la necesidad para pasar
a pertenecer a la manada", 
fue la respuesta.

167 UMPA.

 
"Ando buscando el sentido de la existencia",
dijo el visitante.

"Naturalmente, das por supuesto
que la existencia tiene un sentido...",
le dijo el Maestro.

"¿Es que no lo tiene?"

"Cuando experimentas la existencia tal como es
-no como tú piensas que es-,
descubrirás que tu pregunta no tiene sentido",
dijo el Maestro.

166 UMPA.

 Resultado de imagen de espiritualidad
La gente se escandalizaba cuando oía decir 
al Maestro que la verdadera religión 
no era un asunto sociológico.
Y ponía este ejemplo:

Érase un osezno polar que un día
le preguntó a su madre:
"Mami, ¿papá era también un oso polar?"

"Claro que sí. También el abuelo".

"Y el bisabuelo, ¿también él fue un oso polar?"

"Sí, también el bisabuelo... 
¿A qué viene tanta pregunta?"

"Es que me estoy congelando".

Y concluía el Maestro:
"La religión no tiene nada de sociológico
ni de heredado.
Es un asunto sumamente personal".

165 UMPA.

 Cómo APRENDER A PERDONAR - 18 consejos eficaces
"Mi vida es como un cristal hecho pedazos",
dijo el visitante. "Mi alma está corrompida por el mal...
¿Puedo tener alguna esperanza?"

"Sí", dijo el Maestro. 
"Hay algo con lo que se repara cualquier cosa rota
y se limpia cualquier mancha".

"¿Y qué es?"

"El perdón".

"¿Y a quién he de perdonar?"

"A todos":
a la vida,
a Dios,
a tu prójimo...
y, sobre todo, a ti mismo".

"¿Y cómo se hace?"

"Comprendiendo que no hay que culpar a nadie",
dijo el Maestro, "A NADIE".

164 UMPA.

 
Cuando le preguntaron cómo se descubría 
el Silencio, el Maestro contó esta historia:

Una fábrica estaba interesada en adquirir
pieles de rana. Al enterarse, un agricultor
telegrafió a la fábrica para comunicar que él
podía suministrar cualquier cantidad
que le pidieran, incluso más de cien mil, 
si era preciso.
La fábrica le telegrafió:
"Envíe una primera remesa de cincuenta mil".

Dos semanas más tarde, llegó a la fábrica
una sola piel de rana con una nota que decía:
"Les presento mis excusas, pero ésa es 
la única piel de rana que he podido encontrar.
El ruido, ciertamente, me engaño".

Más tarde, diría el Maestro:
"Examinad el ruido que hace la gente.
Luego comprobad el ruido que hacéis vosotros,
y descubriréis la nada, el vacío...
y el Silencio".

163 UMPA.

 
"¿Tienes algún consejo que darme
para el ejercicio de mi cargo?", le preguntó
el gobernador.

"Sí", respondió el Maestro:
"aprende a dar órdenes".

"¿Y cómo debo darlas?"

"De forma que los demás puedan recibirlas
sin sentirse inferiores".

162 UMPA.

 
"Te está destruyendo la molicie con que vives",
le dijo el Maestro a un discípulo bastante indolente.
"Sólo un desastre puede salvarte".

Y lo explicó del siguiente modo:

"Si arrojas una rana en una olla de agua hirviendo,
saltará fuera al instante.
Si la arrojas en una olla de agua 
que está calentándose muy poco a poco,
la rana acabará perdiendo la tensión
que le permita saltar en el momento oportuno".

161 UMPA.

Resultado de imagen de el tiempo
El Maestro tenía que saber que sus palabras
excedían muchas veces la capacidad de comprensión
de sus discípulos.
No obstante, les hablaba convencido de que 
algún día esas palabras arraigarían
y florecerían en sus corazones.

Un día les dijo:

"El tiempo siempre parece muy largo 
cuando esperas unas vacaciones o un examen,
algo por lo que has suspirado 
o has temido que llegara.

Pero para quienes se atreven a abandonarse
a la experiencia del momento presente
-sin pensar en la experiencia misma ni desear
que ésta se repita o que pueda ser evitada-, 
el tiempo se transforma en el resplandor
de la Eternidad.

160 UMPA.

 
Aquello hizo que los discípulos se acordaran
del pesimista que dijo:
"La vida es tan horrenda que 
preferiría no haber nacido".

"Sí", le replicó el Maestro 
con una maliciosa sonrisa, 
"pero ¿cuántos tienen esa suerte?
Tal vez uno de cada diez mil..."

159 UMPA.

 
Al día siguiente, el Maestro contó la historia
de aquel hotelero que se quejaba de los negativos
efectos que suponía para su negocio
la construcción de una nueva autopista.

"La verdad es que no te comprendo",
le dijo un amigo. 
"Todas las noches veo colgado
en la puerta de tu hotel el cartel de 'Completo'..."

"Sí, pero no te fíes de eso.
Antes de que construyeran la autopista,
cada noche tenía que rechazar a unas treinta
o cuarenta personas, mientras que ahora
no pasan nunca de veinticinco".

Y añadió el Maestro: 
"Cuando estás decidido a sentirte mal,
hasta los clientes que no existen son reales".

158 UMPA.

 
Un discípulo bastante deprimido
se quejaba de que, por culpa de sus defectos,
se sentía estafado por la vida.

"¿Estafado?", gritó el Maestro.
"¿Estafado tú?
¡Mira a tu alrededor!
¡Con cada momento de lucidez,
estás siendo pagado con creces!"

157 UMPA.

 Resultado de imagen de espiritualidad
¿En qué consiste la Iluminación?"

"En ver".

"¿En ver qué?"

"La superficialidad del éxito,
la vaciedad de nuestros logros,
la insignificancia del esfuerzo humano...".
dijo el Maestro.

El discípulo quedó horrorizado: 
"¡Pero eso es pesimismo y desesperación!"

"No. Es la emoción y la libertad del águila
que planea sobre un barranco sin fondo".

156 UMPA.

 
Dijo el Maestro:
"Lo que vosotros llamáis 'amistad',
en realidad es una transacción comercial:
'Responde a mis expectativas, 
dame lo que yo quiero, y yo te amaré;
no lo hagas, y mi amor por ti se convertirá
en resentimiento e indiferencia'".

Y contó la historia de aquel individuo que,
al regresar a casa después de un día de duro trabajo,
fue recibido por su mujer y su hija de tres años.

"¿No hay un beso para papá?"

"No".

"Me avergüenzo de ti. 
Papá está todo el día trabajando duro
para traer dinero a casa, 
¿y es éste el pago que tú le das?
Ven aquí; a ver,
¿dónde está ese beso...?"

Mirándole a los ojos, la preciosa criatura de tres años
le dijo: "¿Dónde está el dinero?"

Dijo un discípulo: "Yo no cambio mi amor por dinero".

Y replicó el Maestro: "¿Acaso no es tan malo,
o peor, que lo cambies por amor?"

155 UMPA.

 
El Maestro era un ferviente partidario
de la investigación histórica.
Lo único que tenía contra los historiadores era que,
por lo general, pasaban por alto
las mejores lecciones que la propia historia ofrece.

"¿Por ejemplo?", le preguntó uno.

"Por ejemplo, la visión de los problemas,
en otro tiempo auténticamente vitales,
y ahora meras y frías abstracciones en un libro.
O los personajes del drama de la historia,
supuestamente tan poderosos en su tiempo,
convertidos en auténticas marionetas
manejadas a través de unos hilos 
tan evidentes para nosotros, pero tan patéticamente
insospechados para ellos".

154 UMPA.

 
Según afirmaba el Maestro,
la mayoría de las personas que son infelices,
lo son porque han tomado la decisión de serlo.
Por eso es por lo que,
de dos personas que se encuentran
en idéntica situación,
una es feliz,
y la otra desdichada.

A este respecto, contaba el Maestro cómo,
al resistirse su hija pequeña
a acudir a un campamento de verano, él,
para tratar de disipar sus recelos,
compró unas cuantas tarjetas postales,
puso en todas ellas su propio nombre y dirección
y se las dio a su hija:

"Ahora", le dijo, "escribe cada día
'Me encuentro perfectamente'
en una de estas tarjetas, y échala al correo".

La niña, tras reflexionar un momento, preguntó:
"¿Cómo se escribe 'miserable'?"

153 UMPA.

 Resultado de imagen de relajacion
"Tenemos que comer y vestirnos", dijo un discípulo;
"pero ¿cómo podríamos liberarnos de semejante servidumbre?"

"Todos comemos y nos vestimos", dijo el Maestro.

"No comprendo..."

"Si no comprendes, vístete y come".

Más tarde diría:
"Nunca os mostréis superiores a nada que queráis evitar".

Y posteriormente añadiría: 
"Las personas que pretenden estar por encima de una comida
bien preparada y de un traje bien cortado... 
son dementes espirituales".

152 UMPA.

Por Qué no Podemos Ver a Dios en Este Mundo? - Islam en Español 
Al Maestro le resultaba muy pesado hablar
con quienes se empeñaban constantemente en defender
la existencia de Dios o discutir acerca de Su naturaleza y,
sin embargo, olvidaban la importancia 
del conocimiento de sí mismos, que era lo único
que podría proporcionarles amor y liberación.

Y a un grupo de personas que le pidieron que les hablara de Dios, les dijo:
"Desgraciadamente, lo que pretendéis es hablar de Dios,
en lugar de verlo;
y lo veis tal como pensáis que es,
no como realmente es.
Pero, si Dios es manifiesto y no se oculta,
¿por qué hablar de Él?
Abrid los ojos y ved".

Y más tarde añadiría:
"Ver es lo más fácil del mundo.
Lo único que tenéis que hacer es abrir los postigos
de vuestras ideas sobre Dios".

151 UMPA.

 
El Maestro no apreciaba a los ideólogos,
por la sencilla razón de que sus teorías parecían razonables,
pero nunca encajaban con la realidad.

Una vez hablo de un ideólogo que había dicho:
"Este mundo está loco:
los ricos compran a crédito, aunque tienen dinero a montones,
mientras los pobres, que no tienen un céntimo,
deben pagar al contado".

"¿Y qué sugieres tú?", le preguntaron.

"Invertir los términos: 
hacer que los ricos paguen al contado 
y dar crédito a los pobres".

"Pero, si un tendero fiara a los pobres,
no tardaría en empobrecerse él mismo..."

"¡Fantástico!", dijo el ideólogo.
"¡Así también él podría comprar a crédito!"

150 UMPA.

 
El predicador estaba decidido a arrancarle al Maestro
una declaración inequívoca de su creencia en Dios.

"¿Crees que hay un Dios?", le preguntó.

"Por supuesto que sí", dijo el Maestro.

"¿Y crees que Él lo hizo todo?"

"Claro que sí. Por supuesto que lo creo".

"¿Y quién hizo a Dios?"

"Tú", dijo el Maestro.

El predicador estaba horrorizado:
"¿Quieres decir en serio que soy yo quien ha hecho a Dios?",
preguntó.

"Al dios en el que tú piensas y del que tú hablas... sí",
respondió el Maestro con su habitual placidez.

149 UMPA.

 
Los problemas humanos se resisten tenazmente
a las soluciones ideológicas,
como tuvo ocasión de comprobar el "reformista laboral"
cuando llevó al Maestro a ver cómo se abría una zanja
con métodos modernos.

"Esta máquina", le dijo, 
"ha dejado sin trabajo a decenas de hombres.
Habría que destruirla y poner en su lugar
a cien hombres trabajando con palas".

"¿Y por qué no", dijo el Maestro, 
"a mil hombres trabajando con cucharillas?".

148 UMPA.

 5 Realidades que Debes Aceptar Cuanto Antes (y 5 Maneras de Hacerlo)
"¿Cómo puedo obtener la iluminación?",
preguntó un impaciente discípulo.

"Ve la realidad tal como es"; le dijo el Maestro.

"¿Y qué puedo hacer para ver la realidad tal como es?"

El Maestro sonrió y dijo:
"Tengo para ti una buena y una mala noticia, querido".

"¿Cuál es la mala noticia?"

"Que no puedes hacer nada para ver...; eso es un don".

"¿Y la buena noticia?"

"Que no puedes hacer nada para ver...; eso es un don".

147 UMPA.

 
En cierta ocasión, el Maestro comprobó que
una gran muchedumbre se había congregado
a la puerta del monasterio gritando consignas
alusivas a su persona y portando una pancarta
en la que podía leerse:
Cristo es la respuesta.

Se acercó al individuo de severo aspecto 
que sostenía en sus manos la pancarta y le dijo:
"Sí, pero ¿cuál es la pregunta?"

El tipo quedó momentáneamente desconcertado,
pero enseguida se recobró y dijo:
"Cristo no es la respuesta a una pregunta,
sino la respuesta a nuestro problema",

"Entonces, dime: ¿cuál es el problema?"

Más tarde, diría a los discípulos:
"Si Cristo es verdaderamente la respuesta,
entonces lo que Cristo significa
es la comprensión clara y distinta de
quién y cómo está creando el problema".
 

146 UMPA.

 
A algunos discípulos les inquietaba el hecho
de que al Maestro no parecía preocuparle demasiado
si la gente creía o no en un Dios personal.

En cierta ocasión, el Maestro les citó un pensamiento
que le gustaba muchísimo 
y que lo había tomado del Diario 
del antiguo Secretario General de la ONU, Dag Hammarskhold:

"Dios no muere el día que dejamos de creer
en una divinidad personal,
sino que morimos nosotros el día en que nuestras vidas
dejan de estar iluminadas
por el continuo resplandor, renovado día a día,
de un prodigio cuya fuente
excede todo razonamiento".

lunes, 19 de marzo de 2012

145 UMPA.

 Resultado de imagen de incomprensible
Cada vez que salía a colación el tema de Dios,
el Maestro insistía en que Dios excede la capacidad de comprensión
del ser humano; es decir,
que Dios es un Misterio y que, por consiguiente,
cuanto digamos de Dios
no tiene nada que ver con Él,
sino con la idea que tenemos de Él.

De hecho, los discípulos nunca comprendieron
las consecuencias de ello hasta el día en que
el Maestro decidió mostrárselas:

"No es exacto decir que Dios creó el mundo,
o que Dios nos ama,
o que Dios es grande...,
porque de Dios no puede afirmarse nada.
Por tanto, para ser exactos, deberíamos decir:
´Nuestro concepto de Dios creó el mundo,
nuestro concepto de Dios nos ama,
nuestro concepto de Dios es grande´..."

"Si es así, ¿no tendríamos que abandonar
cualquier concepto que tengamos de lo divino?"

"No tendríais que abandonar vuestros ídolos
si no los hubierais construido primero",
dijo el Maestro.

144 UMPA.

 Resultado de imagen de niño en su cuna
Al Maestro le gustaba contar algo
que le había ocurrido a él mismo:

Al poco de nacer su primer hijo,

entró un día en la habitación de éste,
vio a su mujer delante de la cuna
y se quedó mirando silenciosamente
cómo contemplaba ella al niño dormido.
Al ver en el rostro de su mujer
una mezcla de incredulidad,
arrobamiento y éxtasis,
se le saltaron las lágrimas,
se acercó a ella de puntillas,
le rodeó la cintura con su brazo y le susurró:
"Sé lo que estás sintiendo, querida..."

Volviendo en sí, la mujer le dijo:

"Sí. Que me maten si entiendo
cómo se puede hacer una cuna como ésta
por veinte dólares".

143 UMPA.

 Resultado de imagen de relajacion
Un discípulo preguntó un día al Maestro
cómo podía él incorporarse al Camino.

"¿Oyes el murmullo de ese arroyo

que pasa junto al monasterio?"

"Sí".


"Ésa es una excelente manera

de incorporarse al Camino".

142 UMPA.

 Resultado de imagen de la mirada
El Maestro explicaba a sus discípulos que
alcanzarían la Iluminación el día que consiguieran
mirar sin interpretar.

Ellos quisieron saber en qué consistía
mirar interpretando.

Y el Maestro lo explicó así:

Dos peones camineros católicos
se hallaban trabajando justamente delante de un burdel
cuando, de pronto, vieron cómo un rabino
se deslizaba furtivamente en la casa.

"¿Qué vas a esperar de un rabino?",
se dijeron el uno al otro.

Al cabo de un rato,
el que entró fue un pastor protestante.
Ellos no se sorprendieron:
"¿Qué vas a esperar...?"

Entonces apareció el párroco católico, que,
cubriéndose el rostro con una capa,
se deslizó también en el edificio.
"Es terrible, ¿no crees?
Una de las chicas debe de estar muy enferma".

141 UMPA

 
El discípulo, que era budista, preguntó:
"¿Cuál es la mente de Buda?"

"¿Por qué no preguntas por tu propia mente o por tu yo,
en lugar de preguntar por el de otro?", dijo el Maestro.

"Está bien. ¿Cuál es mi yo, Maestro?"

"Para eso tienes que aprender lo que se llama ´el acto secreto´".

"¿Y cuál es el acto secreto?"

"Éste", dijo
mientras cerraba y abría los ojos.

domingo, 18 de marzo de 2012

140 UMPA.

 
"¿Es fácil o difícil la Iluminación?"

"Es tan fácil y tan difícil como ver
lo que tienes delante de los ojos".

"¿Cómo va a ser difícil ver lo que tienes
delante de los ojos?"

A esta pregunta respondió el Maestro
con la siguiente anécdota:

Una muchacha, al encontrarse un día con su novio,
le preguntó:
"¿Notas algo diferente en mí?"

"¿El vestido es nuevo...?"

"No".

"¿Los zapatos...?"

"No. Es otra cosa".

"Me rindo".

"Llevo puesta una máscara anti-gas".

139 UMPA.

 Imagen relacionada
"Estoy dispuesto a ir adonde sea en busca de la Verdad",
dijo el fervoroso discípulo.

El Maestro esbozó una pícara sonrisa.
"¿Y cuándo vas a partir?", preguntó.

"En cuanto me digas adónde debo ir".

"Te sugiero que vayas en la dirección
en la que apunta tu nariz".

"Sí, pero ¿dónde debo detenerme?"

"Donde tu quieras".

"¿Yestará allí la Verdad?"

"Sí. Justamente delante de tu nariz,
mirando fijamente a esos ojos tuyos
que son incapaces de ver".

138 UMPA.

 
El Maestro sostenía que lo que todo el mundo
tiene por verdadero es falso;
por eso el "pionero" se encuentra siempre
en absoluta minoría.

Y decía:

"Pensáis en la Verdad como si fuera una fórmula
que podéis sacar de un libro.
Pero la Verdad exige pagar el precio de la soledad.
Si quieres seguir a la Verdad,
has de aprender a caminar solo".

137 UMPA.


"Todos los seres humanos son aproximadamente
igual de santos o de pecadores",
dijo el Maestro,
a quien, por otra parte, no le gustaba emplear
esta clase de etiquetas.

"¿Cómo puedes equiparar a un santo con un pecador?",
protestó un discípulo.

"Porque todos estamos a la misma distancia del sol.
¿O acaso reduce la distancia el hecho de vivir
en lo alto de un rascacielos?"

136 UMPA.


"En realidad, hay dos tipos de seres humanos:
los fariseos y los publicanos",
dijo el Maestro después de leer la parábola de Jesús.

"¿Y cómo se reconoce a los fariseos?"

"Es muy sencillo: son los que hacen la clasificación",
respondió el Maestro.

135 UMPA.

Imagen relacionada
Preguntó el predicador santurrón:

"¿Cuál es, a tu juicio, el mayor pecado del mundo?"

"El de quien ve a los demás seres humanos
como pecadores",
respondió el Maestro.

134 UMPA


Cuando el soberano de un reino vecino
anunció su propósito de visitar el monasterio,
todo el mundo exteriorizó su nerviosismo.
Sólo el Maestro mantuvo su habitual calma.

Conducido el rey a presencia del Maestro,
le hizo una profunda reverencia y le dijo:
"He oído decir que has alcanzado la perfección mística,
y quisiera saber cuál es la esencia de lo místico".

"¿Para qué?", preguntó el Maestro.

"Deseo averiguar la naturaleza del ser,
a fin de poder controlar mi propio ser y el de mis súbditos
y conducir a mi pueblo a la armonía".

"Está bien", dijo el Maestro,
"pero debo advertirte que,
cuando hayas avanzado en tu averiguación,
descubrirás que esa armonía que buscas
no se consigue a base de control,
sino a base de entrega".

133 UMPA.

Resultado de imagen de cambio verdadero
"La humildad no es autoestima", dijo el Maestro.
"La humildad proviene de la convicción
de que lo único que consigue uno con su esfuerzo
es cambiar su conducta, no a sí mismo".

"¿Quieres decir que el verdadero cambio
no requiere esfuerzo?"

"Exacto", dijo el Maestro.

"¿Y cómo se produce?"

"Siendo consciente", dijo el Maestro.

"¿Y qué hay que hacer para ser consciente?"

"¿Qué hay que hacer para despertar cuando uno está dormido?"
dijo el Maestro.

"¿De manera que no hay bien alguno del que pueda uno
enorgullecerse...?"

En respuesta, el Maestro refirió una conversación
que había oído al azar:

"¡Qué voz tiene nuestro Maestro...!

¡Qué divinamente canta...!"

"¡Bueno...! También yo cantaría igual
si tuviera su voz".

132 UMPA.


"Una creencia religiosa", dijo el Maestro,
"no es una afirmación de la Realidad,
sino un indicio, una pista de algo que es un Misterio
y que queda fuera del alcance del pensamiento humano.
En suma, una creencia religiosa no es más
que un dedo apuntando a la luna.

Algunas personas religiosas nunca van más allá
del estudio del dedo.

Otras se dedican a chuparlo.

Y otras usan el dedo para sacarse los ojos.
Éstos son los fanáticos a quienes la religión ha dejado ciegos.

En realidad, son poquísimas las personas religiosas
lo bastante objetivas como para ver
lo que el dedo está señalando.
Y a estas personas, que han superado la creencia,
se las considera blasfemas".

131 UMPA


El Maestro no discutía con nadie,
porque sabía que lo que el "discutidur" buscaba
era la confirmación de sus creencias,
no la Verdad.

Y en cierta ocasión mostró del siguiente modo
el valor que tiene una discusión:

"Cuando cae al suelo una rebanada de pan,
¿dónde queda el lado untado de mantequilla:
arriba o abajo?"

"Abajo, naturalmente".

"No, señor; arriba".

"Hagamos la prueba".

Se untó de mantequilla por un lado una rebanada de pan,
se arrojó al aire...
y cayó con la mantequilla hacia arriba.

"¡He ganado!"

"Porque he cometido un error".

"¿Qué error?"

"Evidentemente, he untado el lado equivocado".